Sostenibilidad
26 Jun, 2024
Con el aumento de instalaciones fotovoltaicas en todo el mundo, es cada vez más común encontrar noticias, videos e imágenes de incendios en paneles solares montados en techos de viviendas o edificios. Aunque generalmente se considera que las instalaciones fotovoltaicas no son particularmente peligrosas, un estudio de la Universidad de Edimburgo revela que en la Unión Europea se produce una media de 29 incendios por gigavatio instalado al año.
Esta cifra es preocupante, especialmente si se considera que el plan REPowerEU de la Comisión Europea tiene como objetivo acelerar la producción de energía limpia y alcanzar una producción de energía fotovoltaica de 320 GW para 2023 y 600 GW para 2030. Según este estudio, se estima que, si no se toman medidas, podrían ocurrir entre 9.000 y 17.500 incendios en instalaciones fotovoltaicas para los años 2025 y 2030 respectivamente.
Las temperaturas elevadas registradas durante los últimos periodos estivales están causando diversos daños, incluido un notable aumento de los incendios, con consecuencias negativas tanto para la población como para nuestras estructuras edilicias. También en las instalaciones fotovoltaicas se producen ciertos siniestros, lo cual genera no pocas preocupaciones para quienes han optado por una instalación de este tipo, ya sea a nivel doméstico como industrial.
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Como sistema de producción de energía, una instalación fotovoltaica se clasifica como una instalación eléctrica y, por lo tanto, está expuesta al riesgo de incendio debido a posibles sobrecargas y cortocircuitos. Desde un punto de vista técnico y de acuerdo con el estudio de la Universidad de Edimburgo, arriba citado, la mitad de los incendios en instalaciones fotovoltaicas se deben a causas internas, como problemas originados por fallos en el propio sistema. Las causas más comunes incluyen:
Con el tiempo, los materiales utilizados en los módulos y celdas fotovoltaicas pueden deteriorarse, comprometiendo la seguridad y aumentando el riesgo de incendios.
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La instalación incorrecta de componentes o que no cumple con las normativas de seguridad puede generar puntos de fallo que incrementan el riesgo de incendio. Una instalación fotovoltaica realizada de manera incorrecta, por ejemplo, con un inversor colocado cerca de materiales combustibles, puede aumentar el riesgo de propagación del incendio en el edificio. Es fundamental contratar siempre a profesionales cualificados para realizar la instalación de los sistemas fotovoltaicos.
El uso de componentes de baja calidad, como conexiones mal ajustadas o cables desgastados, puede incrementar el riesgo de incendios debido a malfuncionamientos o cortocircuitos.
Los paneles o inversores colocados en áreas con poca ventilación pueden sobrecalentarse, lo que aumenta el riesgo de incendio. El sobrecalentamiento excesivo de los módulos fotovoltaicos, a menudo causado por temperaturas elevadas, puede dañar los cables y provocar incendios en lugar de favorecer la producción de energía.
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Cortocircuitos, sobrecalentamientos, un mal acoplamiento o fallos en el aislamiento de los cables pueden causar cortocircuitos y arcos eléctricos peligrosos. Por ello, es crucial instalar paneles con baterías de almacenamiento de alta calidad que cumplan con las normativas de seguridad.
Existen también causas externas que pueden desencadenar incendios:
La sequía prolongada o incendios en áreas cercanas pueden aumentar la probabilidad de que los paneles solares sufran daños que deriven en incendios.
La caída de objetos, granizo, tormentas, el impacto de rayos o la interacción con animales pueden dañar los paneles y los cables.
Por último pero no menos importante, entre las causas está la falta de un mantenimiento adecuado puede permitir que pequeños problemas se conviertan en grandes riesgos de incendio. Un mantenimiento regular es esencial para identificar y solucionar posibles problemas antes de que puedan causar daños o incidentes. La falta de mantenimiento aumenta el riesgo de incendios en la instalación fotovoltaica.
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Apagar un incendio en una instalación eléctrica no es tarea fácil. Debido a sus características, no se puede extinguir simplemente rociando agua, y las instalaciones fotovoltaicas suelen encontrarse en lugares aislados o de difícil acceso.
Los módulos fotovoltaicos tienen la particularidad de seguir generando energía porque continúan recibiendo luz solar incluso en presencia de fuego. Esto presenta un peligro adicional, ya que la electricidad sigue circulando por el sistema, aumentando el riesgo de electrocución. Cabe destacar que la corriente que circula en los cables de una instalación fotovoltaica puede alcanzar valores de hasta 1500V en corriente continua, lo que representa un riesgo significativo en caso de incendio.
